Ein Mord den jeder begeht (Un asesinato que todos cometemos, 1938) es, en cierta medida, un psychothriller avant la lettre, con vagas relaciones con la novela policíaca y la de formación. La historia describe el paso decisivo que da un hombre en el camino hacia la madurez al despojarse de las constricciones del deseo forjadas en la adolescencia. Tarda mucho en darlo y, precisamente por eso, el paso resulta tanto más doloroso. Tiene a una mujer viva a su lado, pero se enamora de la hermana muerta de su esposa, que sólo existe como imagen en un retrato. Una novela que nos habla de cómo, incluso en la agitación de un destino inusual, se puede al fin alcanzar la edad adulta y lograr la plenitud, aunque sea de manera terrible.