Nuestra sociedad padece el síndrome de Déficit de Naturaleza, cuyos síntomas son estrés, ansiedad, falta de
relaciones significativas con los demás y con el mundo, y numerosos desequilibrios psicofísicos como las adicciones o
la llamada hiperactividad infantil. El alejamiento de la naturaleza nos enferma, y sólo retomar el contacto con el
medio natural puede devolvernos la salud y el goce de sentirnos plenamente humanos. Todos podemos recibir
extraordinarios beneficios al conectarnos ?o reconectarnos- con la naturaleza. Esta, favorece la buena salud, nuevas
oportunidades profesionales y de negocio y actúa como un fuerte lazo de unión para las familias y las comunidades: nos
ayuda a sentirnos completamente vivos.