La historia de la humanidad se puede contemplar como una crónica del deseo. Desde Adán y Eva hasta Bernie Madoff, pasando por Anna Karenina y Cleopatra, la búsqueda del placer, sea cual sea la forma que adopte, es un impulso cuyo inmenso poder puede alterar el devenir de naciones y personas.
Filósofos de todos los tiempos han intentado analizar y entender esta realidad básica de nuestra experiencia, pero su estudio empírico solo ha sido posible gracias a los recientes avances de la neurociencia. En La brújula del placer, David J. Linden nos explica los estudios que han desvelado cómo nuestros vicios, y también nuestras virtudes, activan los circuitos cerebrales del placer.
Como hiciera en su aclamado libro, El cerebro accidental, Linden combina la ciencia más avanzada con amenas anécdotas para explicar cómo actúan y como pueden convertirse en compulsivas todo un abanico de conductas que nos hacen sentir placer:
• ¿Por qué sustancias como la nicotina y la heroína son adictivas, pero el LSD no lo es?
• ¿Cómo consiguen las cadenas de comida rápida que sus clientes consuman más?
• ¿Por qué ha sido tan infructuosa la búsqueda de inhibidores inocuos del apetito?
• ¿Por qué hay personas fieles a su pareja y otras no pueden resistir la tentación de tener aventuras sexuales?
• ¿Qué atractivo tienen conductas de riesgo como apostar en juegos de azar?
• ¿Qué nos dice la investigación actual sobre la posibilidad de controlar el placer a voluntad en un futuro?
Decía Voltaire que el placer es el objeto, el deber y el fin de todo ser racional, y en La brújula del placer David Linden nos ofrece un análisis claro, provocativo y ameno de los impulsos más básicos de nuestro ser racional.