Constantino –nos dice David Potter, profesor de la Universidadde Michigan— cambió la historia. Sin él hubiera sido difícil que el cristianismo hubiese alcanzado el lugar que hoy ocupa en el mundo. Lo cual no se debió tanto a su conversión personal, como al esfuerzo que realizó para mantener la unidad dela Iglesia, evitando que se dividiera en una serie de sectas en conflicto, al imponer un credo universal en Nicea. Potter rescata a Constantino de los mitos y las falsificaciones que han contribuido a deformar su figura: reconstruye su dramática vida –fue directamente responsable de las muertes de su hijo mayor y de su esposa- y reivindica la trascendencia de su actuación política y militar en la tarea de defender al imperio de sus enemigos interiores y exteriores. Como ha dicho Noel Laski, dela Universidad de Chicago, Potter sitúa a un personaje mítico en la sólida realidad del poder imperial. A lo que Sir Fergus Millar, profesor emérito de Oxford, ha añadido que este libro nos ofrece “un análisis original y penetrante, sólidamente basado en las evidencias de la época".