Venecia, 1515. Mercurio, un joven amante de la libertad, huye de Roma a causa de un terrible incidente. Aunque parece un ladrón, en el fondo es una persona honesta y buena. Esa es quizá la razón por la que Giuditta –quien ha llegado a Venecia junto con su padre Isaac de Ponte di Negro, un judío que ha dejado su tierra natal– se enamora de él.
A partir de entonces, sabemos que Giuditta y Mercurio no podrán estar el uno sin el otro, forjando una relación basada en un sincero afecto mutuo así como en un complejo senti- miento de celos.
Mientras Mercurio intenta ganarse el dinero con honestidad, Giuditta empezará a despuntar con su influyente talento para la moda. En el laberinto de calles y canales que se extiende junto a la misteriosa Laguna, entre el esplendor de San Marcos y la penumbra del puente de Rialto, Mercurio y Giuditta comprenderán que a veces los sueños pueden hacerse realidad, aunque terribles secretos del pasado los persigan y ni en las callejas más oscuras de la ciudad consigan ocultar la verdadera razón de su historia.