Óscar parte hacia Berlín para identificar el cadáver de su madre y hacerse cargo de sus pertenencias. Hace años que no sabía de ella, porque en realidad su madre vivía con otra mujer y se había desinteresado de su hijo. Tampoco puede avisar a su padre, para él un desconocido al que ha visto en contadas ocasiones, autor de libros exitosos sobre la búsqueda de la felicidad. Consternado y sin raíces, Óscar querrá reconstruir la historia de sus antecedentes familiares en Nueva York y México, en Buenos Aires y Cadaqués, para descubrir que tal vez pertenece a la estirpe de los insatisfechos y visionarios, de los obstinados buscadores de una verdad trascendente, de una plenitud última que esté por encima del tiempo y el espacio.