Una mañana lluviosa, Tom Birkin se apea en la estación de tren del pequeño pueblo de Oxgodby, con un mapa, un abrigo de tweed de segunda mano, un capazo y una cama de campaña plegable por todo equipaje. Es un superviviente de la Primera Gran Guerra, su mujer lo ha abandonado y todavía arrastra secuelas de sus traumáticas experiencias en las trincheras de Francia. Por eso ha aceptado un trabajo en el norte: restaurar un mural medieval de la iglesia de Oxgodby. Tal vez el tranquilo y sencillo entorno le devuelva ese apego a la vida que el pasado le arrebató. Poco a poco, Tom se acerca a los habitantes del lugar, a personajes singulares e inolvidables, surge la amistad. Y quizás, también, el amor.