El uso coloquial y despectivo que la historia ha impuesto a la palabra cínico ha conseguido sepultar el carácter y el valor de un movimiento filosófico que fundó las primeras disidencias del pensamiento y la reivindicación de la soberanía individual frente a la ley del poder. Pero su legado sobrevive con vigor, y este libro reconstruye el desarrollo histórico, los hallazgos y la personalidad de unos pensadores mediterráneos que hicieron, y nunca mejor dicho, escuela.
En Los cínicos se describe cómo se impugnó lo comúnmente aceptado y cómo se expandió el cosmopolitismo cínico. De qué modo la obscenidad cumplía el deseo y la necesidad de provocación. Cómo el individualismo reivindicó la única vía virtuosa aceptable y qué idea de la religión subsistía a pesar de todo. Cómo se estableció la extraña combinación cínica de desvergüenza e integridad, de conducta insólita y humanismo. Y de qué modo la influencia de este movimiento filosófico atravesó las edades de la cultura europea hasta llegar a nuestros días.