Con ecos de Domingo Villar o Carmen Mola, Josan Mosteiro se revela como una de las voces más prometedoras del panorama del thriller español.
Una novela que atrapa desde la primera página, en la que nada ni nadie es lo que parece.
Una thriller de ritmo vertiginoso, con una voz narrativa muy potente y con un uso magistral del misterio y del suspense con el paisaje gallego como telón de fondo.
Esta historia no comienza con la desaparición de una chica, sino con una reaparición. Después de cuatro años en los que no se ha sabido nada de ella, Cruz Castro regresa por su propio pie a Calixe, un pueblo en el corazón de Galicia. Está pálida y asegura que ha pasado esos cuatro años bajo tierra, secuestrada por los mouros, una raza de seres míticos que habitan los bosques locales según las leyendas. Además, asegura que eso es lo mejor que le ha podido pasar, que los mouros la secuestraron para ayudarla a dejar de ser una "mala semilla".
En el pueblo creen que se ha inventado esa historia absurda para esconder que se fue con algún hombre que luego la dejó tirada. Sin embargo, Asunta Lourerio, una periodista en horas bajas, la entrevista y comienza a sospechar que tras la fantástica historia de Cruz puede esconderse quizá una secta o un secuestrador muy real. Decidida a conocer la verdad, Asunta comienza a investigar por su cuenta y descubre que tal vez Cruz no sea la única chica desaparecida y reaparecida tiempo después en extrañas circunstancias en la zona.
Poco después, en los bosques aparece asesinada otra chica. Alguien le ha marcado con un cuchillo dos palabras en la espalda: Mala semilla.
Bajo las raíces de los árboles alguien cultiva un secreto, el aire de un misterio, la tierra de un crimen.